Puedes hacerte un cafe e ignorar estos textos. Puedes hacerte la ignorante y descifrar a Los desconocidos. Puedes hacer tantas cosas. Al final te quedaras tiesa, amorfinada, con un brillo de ausencia en la mirada.
Puedes llamar a la policia, a los bomberos, puedes comprar una television mas grande, para aumentar el ruido de las olas, hacer las cosas en orden para romperlas despues.
Dejas la literatura, flameante como llamas en el pecho. Lloras por los personajes muertos. Por caperucita, qué solo abrazó al lobo y por todos los demas.
El popurri de palabras en la cabeza, buscando el mittelpunkt. El silencio de las amigas complices de un destierro doloroso, a sabiendas de las propias heridas y conscientes de tus locuras.
Niña rara, de pelo enredado, de cara de pilla, de dientes separados. Niña qué no quiere crecer, ni peinarse, niña qué grita por no querer cruzar la acera. Esa niña a la qué…
…le cuesta acabar las frases.
Transparente y eterna. La poetisa es la mujer de los sueños.
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