Por razones de seguridad, no se acerquen al área coronaria. Hay construcciones en las esquinas de las arterias, puentes sobre las motivaciones, y desvíos innecesarios para evitar el hoyo. El punto manchado, la herida goteante.
Con los ojos que no ven, a lo lejos, en la pantalla, el horario del tren. Andas a ciegas y calculas rápidamente las posibilidades de llegar a tiempo. El viento levanta tu cabello mientras piensas, cuan incoherente te ves, cerrando los ojos para ver mejor.
El tren pasó.
Con toda esa energia desbordante que se necesita cada día. El tren te hace reaccionar en el último momento, mientras te secas una lágrima de cocodrilo y te manchas la cara con expectativas ajenas.
El tren pasó.
Sin música nostálgica, sin manos despidiéndose por las ventanas. Con un silbido irritante. Y te repites en voz baja lo que tienes que hacer, como una cantinela. Las tareas y los huecos por rellenar en el plan vitalicio.
El tren pasó.
Solo al dejar de rellenar huecos, como formularios burocráticos, comenzaste a sentirte mas serena. Una hoja en blanco y otro tren que llega.
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