Una novela de Joyce Carol Oates
La cultura norteamericana, es para mi una caricatura exponencial de si misma. Me explico. He crecido con las películas disney, he visto millones de películas ambientadas en USA, así como series, dibujos… Antes de que tuviera la oportunidad de visitar los estados Federales, mi cabeza sabía perfectamente el cuadro ambiental de los Estados Unidos de America.
Para mi, esa recreación era propia de la ficción. No entendí que estaba basada en la realidad hasta que me tope con el escenario en directo y en vivo. Es decir, que el hecho de que todo aquello no hubiera sido creado exclusivamente para la ficción, para contar una historia, me era incomprensible. ¡Todas esas historias estaban basadas en un lugar real!
Fue una especie de shock, que me impidió acercarme a la literatura estadounidense por un periodo largo de tiempo. Podríamos llamarlo sobredosis, aburrimiento estadounidense crónico, americanitis, superficialidad gratuita, asco a su previsibilidad.
Todo esto fue antes de conocer a Oates.
Oates ha abierto toda una nueva visión de lo que es el mundo american. Ella se introduce en la raíz de los problemas sociales, hablándonos de los puntos de vista enfrentados, frecuentemente violentos, inherentes en la sociedad estadounidense. Los personajes tocan todas las clases sociales, y se desnudan, pensando en voz alta las razones por las que toman la decisión de ser quienes son. Son ridículos, ambivalentes, tristes, penosos, simpáticos, todo al mismo tiempo.
La literatura de Oates, es de largo recorrido. Es una autora nominada al Nobel, con una extensa obra, reconocida internacionalmente. Sin embargo, a diferencia de muchos de sus coetáneos, ella escribe de la sociedad y la cultura que mejor conoce, la norteamericana. Hace retratos bellísimos, llenos de complejidad, dolor, soledad, que son a mi parecer, una obra maestra.
Casi, en mi pequeñez, es ridículo pretender hacer una critica a un libro de una escritora tan enorme, simplemente puedo decir; leedlo, por Dios, por tu madre, por tus hijos.
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